Carta a mi Ex: "Soy un hombre bueno que ama a otro"

A modo de introducción les cuento que le confesé a mi ex mujer hace más de dos años que estaba enamorado de otro hombre, y desde ese día todo cambio en mi vida, he entendido muchas cosas, pero para ella esta situación es producto de una confusión: "se te pasará, es una crisis". Ella mantiene la esperanza de que volveré a casa y todo será como antes. La historia de cómo y por qué le conté a mi ex lo que estaba ocurriendo me la reservo para otra ocasión. Esta carta la comencé a escribir el 31 de diciembre de 2016, le he dado muchas vueltas, pero llegó el día de compartirla.


Cómo explicarte lo que me pasa, puede ser muy complicado, o muy sencillo. 
Contigo conocí el amor, me hiciste feliz, me hice hombre en tus brazos, sonreí muchas  veces, prometí tantas cosas, construí sueños y una vida a tu lado. Pero luego todo cambio, me sentía solo, perdido, trate de convencerme a mí mismo que todo pasaría, pero no fue así. Hubo muchos cambios, viajes, perdidas, soledad y momentos para buscar dentro de mí las repuestas a cosas que sabía que existían pero no había probado.

Luego llego él y me enseñó que se podía amar de otra forma, me sentía tan bien en sus brazos, con cada uno de sus besos, él creyó en mí cuando más nadie lo hizo (incluyéndote), me brindó su apoyo y su confianza. En la oscuridad que vivía él fue mi luz. No te quise engañar, pero como contarte lo que sentía sí ni yo lo sabía. Créeme intenté olvidarlo, apartarme de lo que sentía; pero me moría, cada vez se hacia más fuerte, crecía… me sentía perdido sin su mensaje de todas las mañanas “Bon dia!”. Por eso entiendo lo que sientes.

Yo te quiero, no sabes cuanto, pero he entendido que no éramos, ni seremos felices, como siempre te digo y aprendí de una gran amiga: “La pareja murió; pero la familia vive” y no  debe morir nunca, por eso hago muchos esfuerzos y callo muchas cosas.  Como padres tenemos la obligación y responsabilidad de compartir la crianza de dos niños.

Yo te quiero, pero primero “debes aprender a quererte”.  Te quiero como la madre de mis hijos, como la mujer con la cual compartí más de 20 años,  pero NO como hombre, esposo, marido. Sé que te enfadas cuando te digo que pienso que ya tu no me quieres, pero es así,  lo que tu sientes por mí es otra cosa. Querer es entender y aceptar al otro, con sus defectos y cualidades, es desearle siempre lo mejor.

Quiero pedirte un STOP, no más dolor, ya hemos sufrido mucho,  no hace falta revolver el pasado. Sé que prometí muchas cosas, pero soy humano y me equivoco todos los días. Cuando me casé contigo lo hice convencido de que te amaba con locura, de qué era la mejor decisión de mi vida, “no engañé a nadie”. Ahora estoy convencido de que lo que hago -lo hago por amor-  lo que  siento es muy fuerte, se apodera de mí y no pongo resistencia. No hay comparación, lo que vivimos fue hermoso, pero esto también lo es. Como dice la canción esta “es una historia muy bonita, la que nunca se te olvida”, así como los 25 años que compartimos tú y yo. Guardo en mi corazón todos esos momentos de felicidad.

Pero la vida no es una fórmula matemática, 25 años no son excusa para vivir 25 años más reviviendo el pasado, ahora vivo el presente como nunca antes lo viví y deseo muchas cosas. Deseo que me acompañes en este proceso ¿Es mucho pedir? ¿Tal vez? 

Quiero vivir con la persona que amo, libremente, sin limitaciones ni reglas y mucho menos impuestas por ti. Quiero que nuestros hijos se sientan libres, que sean lo que quieran ser en un país que les ofrece seguridad, donde puedan amar a quien quieran y cuando quieran. Quiero que mis hijos compartan conmigo mis sueños, mis pasiones, mi vida, y en mi vida está la persona que tanto amo.

No tengo porque pedir perdón, ya no. Soy un hombre bueno que ama a otro, que lo ama bien, con ilusión, con mucha fuerza. Hoy te pido que me desees lo mejor ¿es difícil?. 
No me pienses feo, no me castigues  con tus palabras, llevo más de dos años aguantando enhiesto, firme, valientemente bajo la lluvia incesante de tus reproches, pero no más. “Las palabras son poderosas, hieren más que los golpes, las palabras ciertas  o falsas, sentidas o producto de un calentón...  se transforman en verdad y surcan el futuro”.

Yo no me arrepiento de las decisiones que he tomado y de amar a quien amo; sabes tampoco lo hago, ni lo haré,  de haberte amado, te amé de verdad, como pocas personas saben hacerlo, te amé más que a mi vida, tanto que me sumergí en lo profundo del mar y no vi con claridad lo que en el fondo había.

Me repito una y mil veces: no he matando a nadie, no he cometido ningún delito, mucho menos considero que el amor sea un pecado, sólo dejé de amarte y eso fue antes de conocer a a este hombre que me ama como más nadie puede hacerlo. 

Tengo fe de que con el tiempo encontraremos un lugar para cada cosa, para cada quien.

No hay marcha atrás.

Espero que me aceptes cómo soy. Vive tu vida y déjame vivir la mía, sigue adelante, consigue tu camino y la pasión de tu vida, una que esté dentro de ti, un amor, una nueva ilusión, yo estaré atento de verte feliz. 

El amor todo lo cura y todo lo puede. 


Mi verdad la conoces, lo que hago lo hago por amor, me enamoré y no tengo porque ocultarlo.

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